Todavía hay lugares en la Región del Maule donde si no alzas la mano a tiempo en la carretera, la micro no para. Aunque parezca parte del pasado, así funciona hoy el transporte público interurbano rural, una red silenciosa pero esencial que moviliza a miles de personas entre cerros, pueblos y ciudades.
En un contexto donde todo parece digitalizarse, este sistema se mantiene casi intacto, resistiendo al avance tecnológico.
A lo largo de esta investigación, observamos cómo este tipo de transporte sigue dependiendo de prácticas tradicionales: los pasajes se pagan en efectivo al chofer, no hay paraderos formales en muchos tramos, y la frecuencia varía según la demanda del día.


Para muchos, este es el único medio de conexión con centros urbanos donde pueden acceder a servicios básicos como salud, educación o trámites administrativos.
Movilidad y conexiones en la región
El Maule cuenta con una red de conectividad que permite la comunicación entre diversas comunas, siendo Talca el principal centro urbano y de transporte. Desde esta ciudad, se originan múltiples rutas de buses y micros que conectan con otras localidades como:
- Linares
- Curicó
- San Javier
- Entre otros
Esta centralización en Talca permite que muchos servicios de transporte interurbano se coordinen desde o hacia ella, facilitando la movilidad para un gran número de personas, especialmente estudiantes y trabajadores que viajan a diario por motivos educativos o laborales.
Sin embargo, fuera de esta ciudad la disponibilidad de transporte interurbano tiende a ser más escasa y menos frecuente. Por ejemplo, si queremos realizar un viaje desde Longaví a Talca, debemos pasar por Linares, ya que no existe una ruta directa (sin contar el paradero de carretera).



Esta falta de rutas directas entre comunas más pequeñas evidencia una desigualdad en la conectividad dentro de la región, lo cual puede traducirse en mayores tiempos de traslado y dificultades para acceder a servicios básicos.
A pesar de estas limitaciones, sí existe conectividad, aunque en algunos sectores se reduce a un solo servicio de transporte. La existencia de al menos una micro o bus en comunas más alejadas sigue siendo fundamental para muchas personas, ya que representa la única vía práctica para llegar a centros urbanos. Por eso, aunque la cobertura no es uniforme, el transporte interurbano cumple un rol clave en la integración regional y en el desarrollo social y económico de los territorios más rurales del Maule.
“Sin la micro, no tengo como ir a control. Tengo que ir al Hospital de Talca, y no tengo auto ni quien me lleve”, dice Mario Salgado, un adulto mayor de Villa Alegre. Por eso aunque la cobertura no es uniforme, el transporte interurbano cumple un rol clave en la integración regional y en el desarrollo social y económico de los territorios más rurales del Maule.

“En invierno a veces no pasa ninguna micro y si pasa, va tan llena que ni siquiera se detiene”, relata Juana Riquelme, vecina del sector Esperanza Plan, en Longaví. Las condiciones climáticas, sumadas a los caminos de tierra o mal mantenidos, dificultan aún más los recorridos en las zonas más alejadas.

Uno de los principales problemas que enfrentan los usuarios es la irregularidad en los horarios. A diferencia de las zonas urbanas, donde existe cierta previsibilidad, en el campo muchos viajeros dependen de estimaciones orales y rutinas no oficiales. “Pasan micros cada 20 minutos casi, si la tomas en la carretera pero no hay cómo saberlo o si vienen llenas, sobre todo en la mañana”, comenta Benjamin Soto, joven de Miraflores, que viaja a Linares a diario.
La informalidad también se refleja en la falta de paraderos o señaléticas. En muchos sectores, la única forma de abordar el transporte es hacer señas al borde del camino, como si se tratara de “hacer dedo”. Esta situación no solo pone en riesgo a los pasajeros, sino que también impide planificar con seguridad sus desplazamientos.
Además, existe una diferencia notoria entre las comunas más grandes y las más pequeñas. Mientras lugares como Talca o Linares concentran una gran cantidad de salidas diarias, en localidades como Rari o Los Rabones casi no hay micros, según se puede apreciar en el siguiente mapa:
En algunos casos, los mismos choferes han comenzado a organizar sus propios sistemas informales de coordinación con los pasajeros. Grupos de WhatsApp permiten a los usuarios saber si el bus ya pasó o si se retrasará. Aunque precaria, esta estrategia muestra el ingenio comunitario ante la ausencia de soluciones estructurales.

Una brecha que genera un impacto directo en la igualdad de acceso a servicios y oportunidades.
En términos económicos, el sistema también tiene sus particularidades. A pesar de que muchos viajes cubren largas distancias, los precios suelen mantenerse accesibles. “Cobro $1.000 desde San Javier a Huerta de Maule, porque sé que muchos no tienen más”, afirma Jorge, conductor de una línea rural. Sin embargo, estos valores ajustados hacen que el negocio sea poco rentable y vulnerable a la baja demanda.
Principales empresas de transporte rural
En la Región del Maule destacan varias empresas importantes de transporte interurbano rural:
- Interbus: empresa de buses interurbanos que se dedica al transporte de pasajeros y encomiendas. Ofrece servicios principalmente dentro de la Región del Maule (Interbus).
- Buses Calinpar: sus recorridos son principalmente entre Linares, Longaví y Parral. Su casa matriz se ubica en Linares (Calinpar).
- Talmocur: asociación de buses que opera principalmente entre Talca y Curicó, pasando por Molina y Lontué, y también ofrece servicios a San Rafael (Talmocur).


Transporte Rural Sostenible: El Rol de los Subsidios
El Ministerio de Transportes y Telecomunicaciones (MTT) reconoce la importancia del transporte rural para la inclusión social y el desarrollo económico de las zonas más apartadas. Para ello, mantiene un sistema de subsidios que apoya a los operadores del transporte público en rutas poco rentables o de difícil acceso.
En la Región del Maule, existen múltiples rutas subsidiadas distribuidas en comunas como Longaví, Romeral, Colbún, Curepto y Linares, entre otras. Estas rutas son vitales para conectar localidades aisladas con centros urbanos, facilitando el acceso a educación, salud y trabajo.
Actualmente, la región cuenta con 81 servicios de transporte público subsidiados que benefician a más de 57 mil personas que viven en zonas aisladas y rurales. Estos recorridos no solo aseguran la conectividad, sino que también promueven oportunidades de desarrollo para las comunidades. Para el presupuesto de 2025, se han destinado 2.480 millones de pesos a estos subsidios.
Puedes conocer las rutas subsidiadas en la siguiente infografía interactiva:
Los subsidios permiten que los buses mantengan tarifas accesibles o gratuidad para grupos vulnerables como estudiantes y adultos mayores, además de incentivar la renovación de vehículos para mejorar la seguridad y comodidad.
La asignación de estos apoyos se realiza mediante licitaciones públicas donde los operadores deben cumplir con estándares de calidad y frecuencias mínimas. Así, el Estado busca garantizar que la ayuda se traduzca en un servicio real y confiable para los usuarios.
Las deudas pendientes y las soluciones en marcha
En sectores rurales del Maule como Colbún o Rari, persisten importantes dificultades de conectividad, donde muchas localidades carecen de acceso regular al transporte público. Omar Alcayaga, coordinador regional de Transporte Público, señala que ‘’habían empresarios que dejaron de trabajar por esas zonas’’, dejando a las comunidades sin opciones concretas de desplazamiento. Por lo que, para revertir esta situación, explica que ‘’se están considerando licitaciones específicas para las áreas afectadas”, una estrategia que tiene como objetivo reactivar los servicios en zonas aisladas.
Sin embargo, uno de los principales obstáculos para avanzar en estas soluciones es la falta de financiamiento suficiente, siendo así que Alcayaga reconoció que presentan escasez de recursos y es por ello que no logran realizar soluciones para la comunidad. A pesar de ello, se han implementado subsidios con fondos provenientes de la Ley Transantiago, permitiendo diseñar algunas bases de licitación que incentivan a operadores del transporte a postular con apoyo estatal.
Por otro lado, Sebastián Olivo, jefe de Gestión de Servicios de Interbus, planteó que antes de que retomarán nuevamente unos caminos existían ‘’lomo toros que estaban de manera ilegal, realizado por personas’’, lo que generaba un sistema informal para recorrer. Gracias al compromiso del municipio, varios de estos casos han sido regularizados.
En cuanto a la demanda de máquinas, ejemplificó con el caso de la ruta Parral- Cauquenes, en donde explica que ‘’ nuestra máquina pasaba a las 8:30 am, pero nos solicitaron de más temprano, como desde las 7:00 am, porque habían estudiantes’’. No obstante, él advierte que aún no siendo un recorrido rentable lo modificaron de esa manera pero no hubieron resultados positivos en el que se evidencia la fragilidad de los sistemas de función de la demanda económica, a lo que varios conductores quedaron sin trabajo.
Un testimonio complementario es el de Cristian Rivera, conductor de Interbus que circula regularmente por La Palma. El trabajador explicó ‘’ a veces no hay buena cantidad de personas para que viajen, es por eso que ya no hay tantas micros como antes’’. Sin embargo, afirma que a pesar de la baja frecuencia, si existe conectividad no como se quisiera realmente pero si existe.
Rivera también manifestó su preocupación por los beneficios que podrían perder los usuarios más vulnerables y los que realmente viajan todos los días, ‘’estaban viendo cómo quitar las rebajas a estudiantes y adultos mayores pero nosotros como choferes no estábamos de acuerdo, porque así menos gente viajaría’’. Según él, esta situación se vincula directamente con la falta de inversión del gobierno en los buses, lo que compromete aún más el acceso al transporte en zonas rurales.



Las denuncias a los maltratos a estudiantes también han sido constantes. Alcayaga indicó que ‘’es la más histórica y más denunciada’’ entre los usuarios, siendo una preocupación que está en alerta, explica que existen procesos largos de fiscalización en donde afirma que ‘’ el representante legal de la máquina tiene que informar que desvinculó al conductor’’, dejando en claro que se tiene que comprobar la falta.
Finalmente, se suma el mal estado de parte de las infraestructura en algunas zonas, como lo es: muchos paraderos siguen siendo precarios y sin protección térmica, lo que ha llevado a proponer ‘’ tener paraderos que refugien, que cubra del sol y la lluvia’’ expresa el Coordinador regional, además también habla de las modernizaciones como USB, ventilación adecuada y calefacción estacional para cada bus.
Frente a las persistentes falencias del transporte público rural en la Región del Maule, representantes del rubro han impulsado una serie de medidas destinadas a garantizar la conectividad de zonas apartadas.
Desde las empresas, se ha reforzado la adecuación de los horarios de salida en función de la demanda local, principalmente por los estudiantes y trabajadores. Además se han implementado esfuerzos para regularizar servicios informales que antes se operaban fuera del marco legal. Estas acciones buscan no solo mantener el flujo de los pasajeros, sino de evitar un mayor aislamiento de las comunidades más vulnerables.

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