A fines del siglo XIX, cuando Chile buscaba conectar su territorio ubicado entre el valle y la costa, nació el Ramal Talca-Constitución, una línea férrea de trocha angosta que, en la actualidad, sigue uniendo localidades con las ciudades más grandes de la Región del Maule, pero que, además, representa un símbolo viviente de historia, resistencia e identidad.
Han pasado más de 130 años desde su creación, y este tren sigue en pie, sobreviviendo a los diferentes procesos que ha atravesado el país, desafiando el abandono, la modernización y el olvido. El Ramal Talca-Constitución es el último vestigio de una red ferroviaria que alguna vez tuvo su época dorada y que movilizó internamente grandes comunidades.
Ramales en Chile
Los ramales son líneas secundarias que se desvían de la vía principal para llegar a zonas de menor accesibilidad y conectar localidades pequeñas. En Chile, el primer ramal data del año 1851, cuando una línea férrea unió Copiapó y Caldera y, de ahí en adelante, se fueron sumando más localidades aledañas como Puerto Montt-La Calera- Alerce, San Rosendo-Traiguén, Calama-Tocopilla, Pitrufquén-Toltén, entre otras, la mayoría de estos ramales, desapareciendo en la segunda mitad del siglo XX.
En 1890, bajo el gobierno del presidente José Manuel Balmaceda, comenzaron las construcciones de una línea férrea de trocha corta que prometía llegar de Talca hasta la ciudad de Constitución, con el objetivo de que sectores agrícolas, comerciales e industriales, pudieran acceder a un traslado más rápido y fácil para transportar sus productos.
La “trocha corta” o “trocha angosta”, corresponde al ancho de la vía ferroviaria, que es inferior al estándar, con menor costo de producción.



¿Por qué Talca y Constitución?
Según Gonzalo Olmedo, investigador en historia local y regional e historiador del Museo O’Higginiano y de Bellas Artes de Talca, estas ciudades siempre han estado ligadas por temas comerciales. Talca se construye con tierras agrícolas a su alrededor, por lo tanto, es un centro logístico muy importante, es un punto de acopio que permite a los agricultores concentrar su producción, y Constitución es el puerto natural, utilizado como punto de desembarco desde el tiempo de Pedro de Valdivia.
Además, es una zona que está llena de bosques, permitiendo el aprovechamiento del roble para la construcción de naves, con una industria artesanal importante, que desde los siglos XVI Y XVII funcionaba con la instalación de los jesuitas en la zona de Quivolgo.
Desde Talca a Curtiduría, y finalmente a Constitución
El primer tramo construido llegó en 1892 hasta la Estación de Curtiduría desde la capital regional, con una extensión de 33 kilómetros y 6 estaciones en medio. Los coches utilizados se dividían en primera, segunda y tercera clase, y las máquinas podían pesar hasta 35 toneladas (Memoria Chilena).
En 1915, luego de 25 años en el proceso de la obra, la línea férrea concluye llegando hasta la Estación de Constitución, finalizando el recorrido del Ramal Talca-Constitución, como se conoce hasta la actualidad, extendiéndose por 88 kilómetros.
La demora en su construcción, según Gonzalo Olmedo, se debe a factores como la situación política del país, pues los trabajos iniciaron poco antes de la Guerra Civil de 1891, por ende, la obra experimentó pausas en su desarrollo por problemas políticos y económicos, además de la demografía, debido a la complejidad de los terrenos, pues contaban con la presencia de montañas, ríos y más.
Desde el término de la línea férrea del ramal, este medio de transporte ha conectado a las localidades más aisladas del comercio regional, permitiéndoles llegar con sus productos hasta puntos clave de ventas, como lo es la feria de Constitución, ciudad conocida como la Perla del Maule.
Víctor Pérez Maturana, que se desempeñó como trabajador del ramal desde 1982 hasta el año 2010 en el área de Control Tráfico y Movilización, señaló que “La gente de localidades aledañas llevaba sus productos producidos en el campo desde Corinto, como melones, sandías, humitas y más, para llevarlos a la feria de Constitución”.
El Ramal de Talca no tan solo benefició a comerciantes en la venta de sus productos, sino que también sirvió como punto de enlace a las comunidades, permitiendo así que los estudiantes se movilicen a sus escuelas y las personas a sus puntos de trabajo para luego ir a sus hogares.



Ramón Muñoz, desde 1989, trabajó como jefe de vía y obra en el ramal, exactamente durante 25 años, señaló que “Antes del ramal la gente caminaba mucho, se bajaba en los paraderos, tenía que avanzar media hora para llegar a su casa, había menos condiciones viables de camionetas y vehículos, se daba que la gente andaba mucho a pie y en carretas’’, lo que demuestra lo importante que era este tren para las personas de las diversas localidades rurales.
“Antes el ramal era más pintoresco, más popular, era muy familiar”
Este medio de transporte, además, evocaba un sentimiento familiar y de cercanía para muchos quienes lo utilizaban, y que extrañan sus años dorados en la actualidad, tal como le ocurre a Alejandra Trujllos, mujer de 62 años que recuerda con nostalgia sus viajes de la infancia durante el verano a Constitución, realizando el recorrido en el ramal: “Antes el ramal era más pintoresco, más popular, era muy familiar. Siempre venía gente con guitarra, cantábamos mucho. Se cortaban rodajas de sandía y se repartía entre toda la gente que viajaba. Era algo demasiado bonito”.





Deterioro de estaciones
Sin embargo, las estaciones que antes, nuevas, eran utilizadas en gran medida, poco a poco fueron deteriorándose, hasta que, muchas de ellas, fueron cerradas y eliminadas del trazado que recorre este tren ferroviario.
Actualmente, el ramal se compone de las estaciones de: Talca, Colín, Corinto, Curtiduría, González Bastías, Toconey, Pichaman, Forel, Huinganes, Maquehua y Constitución.


Víctor Pérez, que además es presidente de la Corporación de Ferroviarios en Talca al rescate del Patrimonio Cultural -creada en el año 2021-, destaca que las estaciones se fueron deteriorando, y que “no existió preocupación de mantener esos recintos que hoy son históricos. A pesar de que el ramal es considerado patrimonio, hay estaciones que fueron abandonadas. Por ejemplo, la estación de Pichamán se incendió y nunca se restauró”.
El ferrocarril como columna vertebral
El tren Talca-Constitución es el último ramal que queda en servicio funcionando en Chile. Desde mediados del siglo XIX, el país tuvo una columna vertebral que fue el ferrocarril, la cual se extendió de norte a sur. A su vez, los gobiernos fueron estableciendo ramales que unían el valle y la costa y, en medio de eso, se creó el ramal Talca-Constitución, con la idea de sacar esta producción del valle a través del puerto de Constitución.
Esa enorme expansión de línea férrea llegó a tener miles de kilómetros en el siglo XX en Chile, pero a partir de la década de 1970, con el cambio de modelo económico durante la presidencia de Salvador Allende, comenzó a vivir un decaimiento.
Los ramales fueron eliminados sucesivamente porque no eran rentables, y finalmente sólo quedó el ramal Talca-Constitución.
“El ramal es el último vestigio de una época de oro del ferrocarril en Chile”
¿Por qué siguió funcionando? Olmedo resalta que “tiene que ver con el aislamiento de la zona, no hay buenos caminos, son forestales, de tierra, y las personas quedaban aisladas de otro medio de transporte. El ramal les permitió a todos estos pueblos y localidades mantener una vida de conexión segura, rápida y eficiente”. Además, el historiador destaca que “por eso hoy en día, el ramal es el último vestigio de una época de oro del ferrocarril en Chile”.
Presente y futuro del Ramal Talca-Constitución
Actualmente, los buscarriles del ramal, luego de décadas de funcionamiento, serán reemplazados por nuevas máquinas traídas desde Brasil, que permitirán acortar los tiempos de viaje de 3 horas y 15 minutos, a 2 horas y 45 minutos, teniendo una capacidad de 80 personas sentadas y 140 de pie, con nivel de tecnología superior, aire acondicionado, asientos ergonómicos, conectores USB para la carga de celulares, baño con accesibilidad universal, cabinas bidireccionales y más (EFE).
Uno de estos buscarriles ya se encuentra en funcionamiento, y se espera que los otros lleguen en mayo y junio del presente año. Las estaciones también prometen remodelaciones, en una alianza realizada por la Empresa de Ferrocarriles del Estado y el Gobierno Regional del Maule.


¿Los nuevos buscarriles reemplazarán a los antiguos?
Una de las principales preocupaciones entre la comunidad y amantes del patrimonio, es si los nuevos trenes reemplazarán completamente a los antiguos, haciendo que estos desaparezcan definitivamente.
Lo cierto es que esta tecnología vendrá a reemplazar a los buscarriles que funcionan desde el siglo XX, lo que traerá diversos beneficios en modernización. Sin embargo, las máquinas que por años funcionaron transportando pasajeros desde las localidades con menos conexión con el resto de la región, servirán para hacer paseos turísticos los fines de semana, según la Corporación de Ferroviarios en Talca al rescate del Patrimonio Cultural “Ferroviarios por siempre”, que en reuniones con EFE, pudieron ser tranquilizados respecto a lo anterior y, además, destacan que la modernización siempre es buena, sobre todo en los tiempos actuales.
“Hay que darle paso a la modernización. Los buscarriles ya han cumplido su objetivo y su tiempo, ya cuesta mucho mantenerlos. A veces quedan en pana y hay demoras”.
“Hay que darle paso a la modernización. Los buscarriles ya han cumplido su objetivo y su tiempo, ya cuesta mucho mantenerlos. A veces quedan en pana y hay demoras”, dice Víctor Pérez Maturana, presidente de la Corporación Ferroviarios en Talca al rescate del Patrimonio Cultural.
Además, analiza que “Si el gobierno decidió traer buscarriles nuevos, es porque el ramal tiene para mucho tiempo más”, pues la inversión hacia el Ramal Talca-Constitución es clave para la conservación de un patrimonio tan importante en la Región del Maule, reflejando que su utilización se prolonga hacia el futuro, por la utilidad que tiene para la comunidad y lo que representa, ya que es el último ramal en funcionamiento en Chile.


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